2011/04/10

La Alpargata de Venezuela

¡Qué habría pasado si en vez de un zapato de cristal, Walt Disney hubiera entregado a Cenicienta una alpargata! A lo mejor, tendría hoy categoría especial y competiría con los distinguidos pies de modelos a la hora de los desfiles. Tampoco extrañaría que en el Sambil de Caracas, por nombrar un centro comercial, apareciera en las vidrieras mostrando con orgullo su “Made in Venezuela”.

Y es que en nuestro país, para algunos, injustamente, la alpargata es signo de marginalidad, de pobreza, de tercer mundo. Claro, ante tal afrenta, es bueno citar la opinión de quienes la defienden: Vamos a hacer vida de labriegos; de nada nos sirven las botas charoladas ni el sombrero alto; calcemos a la usanza del país las alpargatas; las que tienen de pabilo borlitas azules o rojas, son las de lujo; con ésas se va los domingos a misa. Se pasea el pueblo. (Urbaneja Achelpohl en “El Criollismo en Venezuela I”).

Antes, cuando íbamos a visitar a alguien, nuestros padres solían decirnos que nos pusiéramos la ropa de salir y las alpargatas con suelas de cuero, porque las de goma eran para uso diario. (Testimonio oral).

Allá en la Biblioteca Nacional y en el Diccionario de Venezolanismo, se me posó antes los ojos está definición: “Alpargata (f). Alpargata (m). Calzado rústico en forma de sandalia. La parte superior llamada capellada está tejida de pabilo, generalmente negro, que se cose a la suela de cuero, caucho o cocuiza. No se amarra a las piernas con cordeles”.

Un día, abandonó su anonimato y llegó hasta “Cultura y Folclor” de la editora Salvat:

“Este calzado liviano, apropiado para el clima de Venezuela y no exento de belleza, tiende a ser sustituido por el calzado industrial, en gran parte debido a un “complejo de alpargata”. Esta se tejía en telares triangulares, con hilo de algodón. Constaba de una capellada y de tres jiras: una llamada Talonera que forma arco en el talón, y dos denominadas Arristranco, Atadero o Correítas, que sirven para sujetar la capellada a dicho talón. La suela podía ser de cuero o de cocuiza y modernamente se corta de caucho viejo.

Desde hace años, existen pequeñas máquinas para el tejido de capelladas, las cuales se encuentran sobre todo en los pueblos andinos de Venezuela. Pero con estas máquinas las alpargatas, si bien se industrializaron, pierden belleza en tanto los diseños se estandarizan. Las alpargatas hechas en telares caseros mostraban profusión de dibujos y combinación de hilos de colores, que variaban según la región y a veces entre un tejedor y otro, a lo cual llamaban pintar las capelladas”.

En distintas regiones del país, es fácil darnos cuenta de que no hay variación en el tipo. Sus diferencias están en el color de los hilos utilizados para tejerlas, como lo señala Miguel Cardona en “Tema del folklore de Venezuela”:

“Dentro de este aspecto, hay diferencia esenciales entre las alpargatas andinas y las de otras regiones. Las de los Andes se caracterizan por el vivo y variado colorido de sus capelladas; mientras que las de las demás regiones, por lo común, son escasas de color, predominando el negro. De esta manera particular, en las regiones centrales y orientales, la alpargata negra es la más generalizada.

Es de notar, además, que las tachirenses, en su mayoría, no tienen abertura en la punta, o sea no tienen en ella el hueco característico del resto del país”.

Esa variedad que indica Cardona y considera en ocasiones como atrevimiento, llevó a que algunas personas se eximieran de utilizar el calzado por miedo a las crítica y burlas. Presencia del tan conocido qué dirán.

Cuentan los que cuentan cosas, que en una época en Caracas, era común el uso de alpargata entre personas de escasos recursos y que en el Mercado de San Jacinto y en otros lugares las vendían a dos bolívares. Hoy, además de no encontrarse fácilmente, un par cuesta más allá de los cien mil bolívares. A esa casi total desaparición contribuyó el zapato, cuya utilización simbolizaba una transición social, una mejora, un cambio de status: Te envío el retrato para que te dé bravata porque ahora uso zapato y ya boté la alpargata.

En este buscar huellas encontré anécdotas como la del hombre al que le preguntaron por qué tenía tantos zapatos y respondió: “Ellos me recuerdan mis días de alpargata”.

Y la tremenda sorpresa de aquella muchacha traída a la capital como servicio de adentro que asustó a todas cuando gritó: “Vean, vean, la señora se pone alpargatas”.

Claro, no era para menos y es que su patrona después de un día ajetreado en la calle, decidió descansar sus pies colocándose un par del añejo calzado.

Revisemos algunos testimonios orales: “Los muchachos alpargatearon la fiesta de María”…. “La muchacha se alpargateó delante del caporal”.

Y ahora varias acepciones: Tragar alpargatas: pasar por un mal momento, verse en aprietos. Alpargatear: menoscabar, degradar, humillarse. Alpargatudo: individuo rústico, de baja condición.

Los autores coinciden en que para la realización de la capellada existen dos tipos de telares: el de madera, triangular, hecho en las casas, y el industrial que es una pequeña máquina. Ambos son conocidos en casi toda Venezuela. Criterios iguales encontré en cuanto a las suelas. Volvamos a Miguel Cardona:

“En general hay tres tipos de suelas para alpargatas: cuero, cocuiza, fique o sisal y caucho. La suela de cuero es la más corriente. En toda Venezuela existen alpargatas con suela de cuero. Esta consiste en un trozo recortado a cuchillo en forma aproximada a la de la planta del pie, pero de manera que sirva indistintamente para el pie derecho o para el izquierdo.

Las suelas de fique o sisal son características de algunos tipos de calzados de Margarita, Lara, y Mérida, donde existen zonas con plantaciones sisaleras. Estas suelas se confeccionan casi siempre a base de una crineja aproximadamente plana, de unos diez milímetros de ancho, que se hace trenzando fibras de sisal. Dicha crineja, puesta de canto sobre una mesa, se va enrollando, dándole una forma alpargatada hasta que se tiene la que corresponde al pie. A medida que se va enrollando, se cose con una aguja saquera y pabilo.

Las suelas de caucho provienen de llantas usadas de automóviles. Aprovechan principalmente las partes de los lados. Las recortan más o menos como si fueran de cuero. Las alpargatas de suela de caucho representan el resultado de la hibridación de un producto de la gran industria moderna, con una tradición centenaria”.

No obstante, el supuesto origen plebeyo y, por supuesto, utilizarla para despectivas afirmaciones, la alpargata ganó líneas en algunos textos de historia, de literatura y en novelas: … “Por el contrario, ya el tanto arrastre de las alpargatas había extinguido definitivamente la hierba del camino que conducía al cementerio…” (Miguel Otero Silva. “Un entierro”, Casas Muertas).

Hay quienes la emparentan con las sandalias. (Qué pensará Morris West, autor de las Sandalias del Pescador). Además, tiene nexos familiares con la alpargata española, que lleva una cinta que la ata al pie. Otra cosa, los alpargatas son seres orgullosos de sus obras y al igual que sucede con otros productos, cada quien considera que el suyo es el mejor. Si no que lo pregunten en Juan Griego, Puerto Píritu, Acarigua, Mérida, Lara, Timotes, Coro, Mucuchíes, Tovar, Guanape y Táchira.

Pero como no todo es negativo, recordemos un dicho: Bailar en un tusero con alpargatas nuevas. Tal frase significa peligro, estar en una situación problemática.

Un amigo, que en su infancia calzó alpargatas y hoy tiene dinero para comprar miles de pares de zapatos, sostiene que el ligarlas a una eterna pobreza es un error que limita la posibilidad de superación de los usuarios. Espacio para recordar a Aquiles Nazoa:

“Mis niñez fue pobre, pero nunca fue triste; fue más bien pensativa y serena y en muchos aspectos fue en la realidad tan hermosa como la revivo en la memoria”.


7 comentarios:

  1. Muy lindo, me causa nostalgia y alegria a la vez... aunque solo use alpargatas para las danzas del colegio, hoy en dia al estar muy lejos de mi tierra son un bonito recuerdo de mi bella herencia Venezolana.

    -la maracuha- :)

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  2. Alguien sabe como funciona el telar que se usa para tejer la capellada de la alpargata ? totocepeda22@gmail.com

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  3. igual pregunto tengo un telar para capelladas pero no hay quien enseñe

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  4. hola donde estas ubicado te puedo enseñar

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    1. recibe un cordial saludo, estoy interesado en aprender a elaborar alpargatas, siempre las uso, al regresar a casa lo primero que hago es quitarme los zapatos y ponerme mis alpargatas, la que tengo tiene ya casi diez años y estan dañadas a pesar de cuidarlas con mucho recelo. Por aqui son dificiles de conseguir y cuando se encuentran son de un costo muy elevado. Estoy en el Estado Aragua, La Victoria

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  5. Les cuento que en la Isla de Margarita venden unas alpargatas muy buenas. Su diseño es una fusión, conserva el patrón de la alpargata venezolana, pero con un toque urbano. Elaboradas por un margariteño y diseñadas por Gabriela Parra. Las venden en de tela de colores y estampados;por dentro forradas de tela de algodón. Yo llevo ya casi dos años usándola. Han caminado por Margarita, Pto.Piritu, Maturín y Puerto Ordaz. Lavadas en lavadora...Me encanta que me vean con ellas. La tienda es Pura Vida Beach Wear.Las pueden ver y pedir por Instagram @puravidamargarita Apoyemos nuestros tradiciones y costumbres. Hecho en Venezuela

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  6. Muy buen trabajo, actualmente realizo alpargatas en varios tipos de tela y detalles que l hacen más atractivas, creo que las alpargatas son una experiencia de libertad y tradición exclusiva que nos acerca a la tierra y su historia.

    Que viva lo nuestro para siempre.

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