Dulce de Caujil

Tan famoso y exquisito como el duce de hicacos y los huevos chimbos, típicos de la región Zuliana, era en otros tiempos el dulce de caujil, hoy casi desaparecido en nuestro medio. Llenas de matas de caujil estaban siempre los anchos patios de las viejas casonas, los huertos familiares y los hatos de la playa desde el Milagro a San Francisco. 

Las flores color púrpura con líneas blancas, se mostraban colmadas de caujiles que los muchachos desprendían para su deleite. En el mercado se vendían a precios bajos junto con el níspero, la chirimoya, el dato, el limonzón.

En otras partes al caujil se le denomina merey o marañón, y se le estima no sólo porque con él se elabora una golosina de sabor excepcional, sino porque también se utiliza su almendra, tan sabrosa como la castaña, y la cual entre nosotros se come después de ponerla a asar sobre un brasero.

Aseguran los expertos que de la semilla del caujil se saca un jugo acre, bueno para marcar la ropa y destruir callos y verrugas, mientras que del tronco del árbol puede extraerse una goma apta para la fabricación de barnices. Lamentablemente el caujil no puede catalogarse hoy como fruta popular maracaibera, gusto en aras de otras frutas extrajeras, lo ha reducido a un injusto plano subalterno.