Tome la decisión de investigar sobre la cocina típica de Maracaibo por dos cosas, una porque soy Maracaibero y la otra porque me interesa conservar las tradiciones venezolanas, especialmente aquellas vinculadas con las calles de Maracaibo, lugar donde nací y de donde conservo hermosas memorias, siempre recuerdo que cuando era niño mis amigos me contaban de lo buenas que eran las mandocas que hacia la señora de la esquina, nos saboreábamos la boca y corríamos en busca de unas cuantas.
Quisiera que el pasar de los años no signifique perder el conocimiento culinario de nuestras abuelas, desde niño yo disfrute mucho con las historias de la mía, la cocina fue un lugar central de mi niñez, allí pase muchos momentos y aprendí muchas cosas que me son muy útiles hoy en día.
También recuerdo cómo con mis propias manos sembré el plátano que con tanto cariño cocinaba mi abuela, sembré ají dulce, lechosa, y muchas cosas más, porque en esos tiempos la gente aún producía en casa muchas de las cosas que cocinaba.
También recuerdo cómo con mis propias manos sembré el plátano que con tanto cariño cocinaba mi abuela, sembré ají dulce, lechosa, y muchas cosas más, porque en esos tiempos la gente aún producía en casa muchas de las cosas que cocinaba.
Nunca pensé que seria cocinero, hasta que un día un angelito me dijo que si tanto me gustaba cocinar porque no me dedicaba a eso, “eso es lo tuyo” me dijo, yo quede tan emocionado con la idea que inmediatamente me puse a buscar donde estudiar y me convertí en cocinero.
Este libro también surgió como idea de un ángel, se me vino a la mente que nacer es como una receta que si no la cumplimos no nacemos, todos tenemos una receta en nuestra partida de nacimiento, en mi caso, mi receta es cocinar y conservar las historias de mi abuela. Todos recuerdan la comida de la abuela, de la vecina y de aquellas señoras que hacen comidas en sus casas, esa es la propia cocina venezolana.
Sí los fogones de nuestros antepasados siguen en pie nunca olvidaremos de donde venimos, así que la cocina es parte fundamental de nuestra identidad y de nuestra cultura, es como una obra de arte que tenemos que conservar. Para mi cocinar es recordar las recetas que tanto me gustaban de mi mama, me trae lindos recuerdos de la niñez, de alguna manera mantiene vivo el niño juguetón que llevo por dentro. Espero que este recetario pueda conectarlos con ustedes mismos, con su niñez, con sus recuerdos y seguramente recordaran muchas cosas ricas que les preparaban las abuelas.
Mandoca es hablar del pueblo zuliano o más bien del Maracaibero. Ana Paula Delgado fue mi abuela de crianza, nació el 15 de julio de 1925. Ella me contó que a la edad de 13 años ya sabía hacer Mandocas, contaba que la Mandoca era como un ser vivo en sus manos. Al escribir yo recuerdo el aroma de la Mandoca en sus manos, mientras hablaba conmigo su mirada se perdía en las memorias de aquel Maracaibo de ayer.
Mi abuela cuenta que desde muy temprano estaba en la cocina haciendo un poco de café y unas Mandocas, desde su ventana escuchaba a los pregoneros gritando: “plátano, plátano muy maduritos están” y “yuca, yuca que rica esta”, escucharlos era cosa común en aquellas calles de Maracaibo donde podías encontrar carretas llenas de cualquier cosa, había frutas, yuca, cilantro, pan, y hasta un poco de coco y mojito en coco. Caminar Maracaibo es como saborear aquellos sabores y aquel Maracaibo de Ayer.
Doña Ana me contaba que para hacer las Mandocas necesitaba dejar un kilo de maíz en remojo durante toda la noche, tempranito en la mañana se le retiraba el agua y luego se procesaba en el molino. Después se buscaban 5 plátanos bien maduros, como diría la abuela bien negros, se pelaban y se incorporaban a la masa de maíz. Posteriormente se agregaban a la masa el clásico queso Palmizulia rallado y el consabido papelón. Finalmente se agregaba un toque de sal al gusto y se dejaba reposar la masa.
Con la masa lista se hacían unas roscas en forma de “v” y luego se entrecruzaban las dos puntas. Luego se freían las roscas y se retiraban al dorarse. Para servir se le acompañaba con queso rallado y mantequilla.
Umm!!!!! Que delicia
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