Aunque Dios no existiera, la religión seguiría siendo santa y divina.
Dios es el único ser que para reinar no tiene ni necesidad de existir.
Sobre la feminidad de la Iglesia, como razón de su omnipotencia.
Que la Iglesia quiera hacerlo y serlo todo, es una ley del espíritu humano.
Los pueblos adoran la autoridad.
Los sacerdotes son los servidores y los sectarios de la imaginación.
El trono y el altar, máxima revolucionaria.
Charles Baudelaire
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